miércoles, 1 de abril de 2009

Philippe Jaroussky, indispensable.

La verdad es que lo de este hombre es extraordinario, gozando, con apenas treinta y un años (Francia, 1978), a la vez del clamor del público y de la crítica (algo complicado de aunar) y con una de las carreras más meteóricas del mundo de la música clásica en los últimos tiempos. Precisamente por ello resulta más notorio el desconocimiento de su figura que hay todavía por estos lares.
A pesar de que la fama le ha llegado por su virtuosismo como contratenor, lo cierto es que es violinista de formación, cursando sus estudios en los conservatorios de París y Versalles. No fue hasta 1996 cuando inició sus estudios de canto en el Departamento de Música Antigua del Conservatorio de París, con Nicole Fallien (aún trabaja con ella), pasando luego a la Facultad de Música Antigua del mismo, donde recibió clases de Michel Laplenie y Kenneth Weiss. Tres años después, en 1999, debutó en el Festival de Royaumont.
En esos primeros años participa, además de en el ya mencionado festival, en el de Ambronay, trabaja con agrupaciones como Il Seminario Musicale, La Grande Ècurie et la Chambre du Roy, o La Fenice, entre otras, grabando obras tales como Sedecia, Re di Gerusalemme (Scarlatti), L'incoronazione di Poppea (Monteverdi) con Gabriel Garrido, La morte delusa (Bassani) o Catone in Utica (Vivaldi).
En 2002 aparece su primer trabajo con el director francés Jean-Christophe Spinosi y su Ensemble Matheus, la ópera vivaldiana La Verità in cimento, que podemos encontrar dentro de la “Vivaldi Edition” del sello Naïve, al igual que Orlando Furioso (2004), Griselda (2005) o la más reciente La fida ninfa (2008), todas ellas con Spinosi a la batuta. Entre medias, representaciones y grabaciones de obras de Benedetto Ferrari y Vivaldi (con su propio conjunto, Artaserse), Haendel, Monteverdi, Bach...
Pero es preciso resaltar su colaboración con Spinosi, que se ha dilatado en el tiempo y fruto de la cual no solo surgieron las óperas antes mencionadas, sino también otros trabajos como Heroes (con una selección de arias vivaldianas caracterizadas por una poderosa exigencia virtuosística, como es habitual en el compositor) o Nisi Dominus/Stabat Mater, también de Vivaldi, en el que interpreta la primera de las obras (el Stabat Mater corre a cargo de la estupenda contralto Marie-Nicole Lemieux).



Curiosamente, uno de sus proyectos más personales y en el que se implicó de manera especial no fue con Spinosi, sino con la directora Emmanuelle Haïm y Le Concert d'Astrée. Se trata de Carestini, donde se realiza un recorrido por los más de treinta años de carrera del famoso castrato italiano Giovanni Carestini, rival de Farinelli, por quien Jaroussky siente una profunda admiración y cuya figura había quedado en el olvido. En una entrevista contemporánea a la aparición del disco, Jaroussky confesó que eligió a Carestini como tema para un trabajo de clase en el conservatorio y, desde entonces, ha dedicado parte de sus viajes de gira y tiempo libre a investigar sobre el mismo, a la vez que a buscar partituras por diferentes archivos y bibliotecas. El resultado de esta labor ha sido una recopilación de arias de diferentes compositores (algunos casi desconocidos), muchas de ellas inéditas, grabadas ahora por primera vez tras ser rescatadas por el contratenor. Se trataba de una peculiar “cuenta pendiente” de éste, pero que entronca a la perfección con ese compromiso suyo, tantas veces manifestado (y que espero no abandone), de redimir obras “extraviadas” por el paso del tiempo, en especial de ese “gigante dormido” que es todavía el Barroco.

Últimamente le hemos visto colaborando con la controvertida Christina Pluhar y L'Arpeggiata. Y digo “controvertida” porque, a pesar de ser mimada por la crítica, ha incluido en sus trabajos algunas piezas “transgresoras” que no han recibido una aceptación unánime por parte del público. La verdad es que, personalmente, no me suelen convencer las "actualizaciones" de piezas clásicas, pero su grabación de Ohimè ch'io cado en plan jazz es una delicia (y más todavía la interpretación en directo que hicieron en el Festival de Ambronay en septiembre de 2008, que tiene algunas sutiles diferencias). Según explicó la propia Christina Pluhar para la revista Diapason, el concepto surgió a partir de una improvisación hecha por el propio Jaroussky, en los bises de un concierto, que dejó bastante sorprendido al conjunto. Gustó y decidieron grabarla. De verdad que me quito el sombrero ante la colaboración de ambos en el reciente Monteverdi: Teatro d’Amore. La interpretación de éste en Si dolce è ‘l tormento es impagable, un pequeño tesoro musical. Y no hay que perder de vista su "duetto" con la soprano catalana Nuria Rial en Zefiro Torna.

Han aparecido en los últimos meses también las grabaciones de Faramondo (Haendel, CD) y, en especial, de Il Sant’Alessio (Landi, DVD), una verdadera obra maestra en todos los aspectos (tengo intención de dedicarle una entrada en el blog). En ambas comparte cartel con el también contratenor Max Emmanuel Cencic. Para finales de este mes está prevista la aparición de Un ‘Opera Immaginaria, con obras de Haendel, en la que participará junto a otros cantantes como Anne Sofie von Otter o el ya mencionado Max Emmanuel Cencic.
Al margen del repertorio clásico, Jaroussky se ha embarcado en el personal e íntimo Opium: Mèlodies françaises, publicado por Virgin (para la que ha firmado un contrato de exclusividad), una selección de canciones de compositores franceses de los siglos XIX y XX (Dukas, Caplet, Chaminade, Fauré, Chausson, Hahn). Proyecto en cierto modo arriesgado pero que está resultando todo un superventas en el país vecino. No es que la temática me llame demasiado y tengo mis reticencias, pero creo que podré hacer un esfuerzo...
http://www.jarousskyopium.com/
Por supuesto, todas estas referencias corresponden a sus interpretaciones "grabadas", pues al margen queda un impresionante listado de ellas en conciertos, recitales, óperas..., por todo el mundo.
Entre otros premios ha recibido el de “Mejor Artista Lírico” (Francia, 2007) y el Echo Classic Award a “Mejor Cantante (masculino) del Año” (Alemania, 2008). Por otro lado, hace apenas unos meses, en enero, ha sido nombrado "chevalier" de la Ordre des Arts et Lettres francesa. Un reconocimiento, sin duda, para la en ocasiones denostada figura de la voz de contratenor, que Jaroussky está defendiendo a capa y espada, la cual reivindicó en el escenario al recoger el premio a “Mejor Artista Lírico” afirmando que el “contratenor” es un cantante lírico igual que el resto de voces más habituales (tenor, soprano, bajo...). Él mismo o el propio Cencic son, a día de hoy, indispensables dentro del repertorio Barroco. Por el momento, parece que el público respalda su cruzada, como demuestran las ventas de todos sus CDs, batiendo records en las listas de música clásica.
Esperamos con impaciencia su visita a nuestro país con la futura temporada del Teatro Real y más después de conocer, gracias a su última entrevista concedida a Diapason (marzo, 2009), que considera al público español como el mejor (y esto en una revista francesa...). Una pena que no se prodigue más por aquí...
Por último, una joya, su interpretación en directo de Vedro con mio diletto:
http://www.youtube.com/watch?v=9zQX2XqAE8c
Y una pequeña broma musical, la Ciaccona del Paradiso e del Inferno junto a L'Arpeggiata en Ambronay: